viernes, 26 de abril de 2013

Joven, extranjero y trabajador de la construcción - TEMA 7


Inmigrante obrero trabajando en la construcción.

Emilian tiene 21 años. Vino de Rumania hace ya 6 y está pensando seriamente en regresar: «Creo que en mi país están mejorando las cosas y que estaré mejor que en España. Hay trabajo, que se paga muy poco, pero prefiero vivir en Rumania que en España». Puede que no sea una opción descabellada. Tiene todos los números de la rifa para no volver a trabajar: es joven, extranjero, hombre y ex empleado de la construcción.
El ladrillo es el sector que más empleo ha perdido desde que comenzó la crisis. Desde el 2008 se han destruido 1.620.600 puestos de trabajo. Hoy se añaden 11.000 personas a la lista.
«Dejé los estudios en el instituto para ponerme a trabajar», explica Emilian. Desde entonces ha estado casi siempre sin contrato: en la construcción como soldador, mozo de almacén o chófer...«Me arrepiento de haber dejado los estudios. Solo tengo 5 meses cotizados», concluye.
El desempleo se ceba con los jóvenes. En especial con los que no tienen estudios y más con los que son extranjeros. Los datos proporcionados hoy por la EPA (Encuesta de Población Activa) indican que solo trabajan 4 de cada 10 jóvenes. La tasa de desempleo entre menores de 25 años se situó en el 57,22% en el primer trimestre del año, 2,09 puntos más que en el último cuatrimestre del año pasado. En el caso de los chicos la cosa es peor: el 59,21% de los hombres con menos de 25 años no puede trabajar.

Fuente: Diario ABC, de 26 de abril de 2013.

COMENTARIO:

El rol de obrero es el que más transformaciones ha sufrido a lo largo del tiempo. Trabaja manualmente con materia inerte y es asalariado de producción. Sus tareas están subdivididas, poseen escasos conocimientos. De ellos se espera obediencia, disciplina, adaptación a la masa y buscan seguridad económica y ser socialmente respetados. Su trabajo puede producir aburrimiento y fatiga por la monotonía. Este tipo de rol tiene mucha inseguridad en el empleo de forma que pueden perderlo en cualquier momento. Por este mismo motivo aparecen los sindicatos. Este es el caso de Emilian, el cual vino a España porque había trabajo y ahora mismo se encuentra desempleado. El paro se ceba con los que tienen menos preparación.


Marta López Carrillo

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